¡NO QUIERO! ¡SON MÍAS! ¡DÁMELAS! ¡MAMI!
Tengo un ligero problema respecto a dar consejos sobre guionismo. En primer lugar, es difícil, lo sé, convencer a alguien desde mi posición de autodidacta del guion, sin ninguna práctica profesional hasta la fecha, de merecer el derecho de andar esparciendo tips. La verdad, he aceptado; hasta cierto punto, para ahorrar tiempo; la imagen que los demás proyectan en mi de un tipo viviendo en las nubes, sin contacto con la realidad. Pero he descubierto que soy más práctico de lo que suponía. ¿Un soñador práctico? Raro.
El problema: soy celoso, posesivo con los tips o «epifanías», como me gusta llamarles a las ideas que me ayudan a salir de escollos y se presentan de vez en cuando. Tengo unos consejos personales los cuales no deseo ceder. Y no recuerdo haberlos leído en ningún libro. Algunos son muy obvios, claro, cuestión de sentido común. Como siempre sucede, es la aglomeración de todos los libros y observaciones de la vida los cuales alimentan las revelaciones inéditas de prendérsete el foco. Hablando en específico de consejos sobre guionismo.
Si los hubiera leído en un libro, entonces formarían parte del colectivo del guionismo, y me permitiría comentarlo en el blog. Pero al carecer de fuentes confiables, -las bibliotecas no tienen los libros requeridos, y ni se diga de las librerías- sumado a mi corta memoria para citar materiales de autores que me he topado en el camino, me veo forzado a recurrir a las epifanías; observaciones fortuitas, y quizá no tanto, muy queridas para mí.
Le confiero a dichos consejos de un sentido de propiedad que me es difícil soltar. Pero algún día los despojaré del candado mágico. Me gusta tenerlos en mi mente, revoloteando, sacándole todo el provecho posible. De todos modos, las iré anotando sin publicarlas. Quizá de esa forma pueda reestructurar mi mente para compartir.
Según estimaciones, cuando empiece a sacarle dinero al oficio éste empezaré a publicarlos, pues pudiera bridarle ventajas estratégicas a mi competencia, que de por sí ya la tiene. Debería ir muy adelante en la carrera o haber ya rebasado la meta. A la fecha, soporto los pesados, agotadores y gratificantes entrenamientos.
El problema: soy celoso, posesivo con los tips o «epifanías», como me gusta llamarles a las ideas que me ayudan a salir de escollos y se presentan de vez en cuando. Tengo unos consejos personales los cuales no deseo ceder. Y no recuerdo haberlos leído en ningún libro. Algunos son muy obvios, claro, cuestión de sentido común. Como siempre sucede, es la aglomeración de todos los libros y observaciones de la vida los cuales alimentan las revelaciones inéditas de prendérsete el foco. Hablando en específico de consejos sobre guionismo.
Si los hubiera leído en un libro, entonces formarían parte del colectivo del guionismo, y me permitiría comentarlo en el blog. Pero al carecer de fuentes confiables, -las bibliotecas no tienen los libros requeridos, y ni se diga de las librerías- sumado a mi corta memoria para citar materiales de autores que me he topado en el camino, me veo forzado a recurrir a las epifanías; observaciones fortuitas, y quizá no tanto, muy queridas para mí.
Le confiero a dichos consejos de un sentido de propiedad que me es difícil soltar. Pero algún día los despojaré del candado mágico. Me gusta tenerlos en mi mente, revoloteando, sacándole todo el provecho posible. De todos modos, las iré anotando sin publicarlas. Quizá de esa forma pueda reestructurar mi mente para compartir.
Según estimaciones, cuando empiece a sacarle dinero al oficio éste empezaré a publicarlos, pues pudiera bridarle ventajas estratégicas a mi competencia, que de por sí ya la tiene. Debería ir muy adelante en la carrera o haber ya rebasado la meta. A la fecha, soporto los pesados, agotadores y gratificantes entrenamientos.
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